¿Qué representa izar el pabellón nacional
cada mes en una institución educativa
donde lo único que se enaltece es la participación del mejor rendimiento
académico?
Con regularidad se celebran eventos donde en
cada uno de ellos, un grupo de estudiantes iza el pabellón nacional, en la
mayoría de los casos he evidenciado que los que pasan a izar el pabellón
nacional, son siempre por excelencia académica, y yo me pregunto, ¿un día como
hoy, con el tema principal y un motivo de alegría, celebrar el 7 de agosto, que
mejor que pasar a los mejores estudiantes, pero no los mejores académicos, sino
los más destacados en el área de sociales, o los más “patriotas”, que se vea
que les importa su país.
Quizás la banda podría tocar el himno
nacional de Colombia, tal vez un minuto de silencio por los héroes que nos
dieron hoy una mediana libertad, que más que mostrar cultura ciudadana. No me
gusto la falta de respeto de algunos docentes, que ya en varios eventos por el
estilo, aprovechan el espacio atrevidamente
para realizar actividades académicas, a tal punto de llegar a reprender
a varios estudiantes, por algún tema netamente académico.
Me gustó mucho la decoración del aula máxima,
estaba acorde a la ocasión, con globos y muchos colores de la bandera de
Colombia, al igual que los jóvenes vestidos con la camiseta de Colombia, nos
deleitaron con sus vídeos muy, apropiados, divertidos y especiales.
Sin duda fue un acto que estuvo mucho mejor
que la celebración del 20 de julio, claro que superar dicha celebración, no
significaba hacer un mayor esfuerzo.
El área de sociales en el colegio Nuestra
Señora de Fátima, se ve en un momento decadente, donde aún no se crea cultura,
amor por lo nuestro, esa decadencia comenzó con la partida de un docente que recorría
los pasillos del Nusefa, con pasos lentos y cuidadosos, con su gran corazón,
muchos no aprovechábamos sus clases y nadie supo lo realmente importante que era
ese hombre, hasta el día de su partida, pero fue ese hombre que en sus clases
sin darme cuenta sembró en mí algo que después de su adiós y con la ayuda de
este espacio para escribir, en donde se creó lo que soy hoy en día, se creó un cierto
grado de cultura, se creó amor por mi país, fue ese hombre que me enseñó a ver
la realidad del país y que todo lo que suponía saber no era más que una
plastilina que le faltaba ser moldeada.
Hoy en día me lo encuentro por las calles de Ibagué
y aún conserva ese lento caminar y su gran corazón de ayudar al país a
despertar de la ignorancia, hoy trabaja con los colegios rurales, impartiendo
su sabiduría a las partes más lejanas de Ibagué y nadie en el Nusefa ha
igualado a este hombre y no se le igualará nadie, el legado que dejó muy pocos
lo conocen pero esos pocos que lo alcanzaron a escuchar, hoy son la esperanza
de este país.
El Nusefa nunca tendrá un maestro igual y
espero los próximos años mejoren, que los maestros del área de sociales de
verdad sientan ese amor y esa obligación moral de enaltecer a nuestro país,
porque maestro de sociales que no ame su propia tierra, no merece dictar esta
prestigiosa clase.
Hoy nos quedan sus recuerdos y los que los
conocimos saben que esto que digo no es mentira.
7 de agosto, feliz día
y felicidades a los que izaron el pabellón nacional, se lo merecen por ser lo
mejor del país.