viernes, 10 de mayo de 2013

BATALLA COLOSAL





Cada mañana soy un guerrero, un luchador a sangre fría, no me da miedo nada y aunque de vez en cuando he perdido la batalla, la guerra siempre la gano yo.

Primera Batalla:

Mi reloj despertador suena a las 3:00 de la madrugada, como de costumbre no escucho la alarma y sólo me doy cuenta después de haberla suspendido 2 o 3 veces, no porque quiera seguir durmiendo 5 minuticos más, si por mi fuera estuviera de pie hace mucho rato, el problema parte en que al sonar la alarma, como por arte de mágica o impulso de mi cuerpo, este sin ningún control suspende la alarma y a veces descubre la forma de apagarla, aquí perdí mi primera batalla de la mañana.

Segunda Batalla:

Mi celular tiene activada una alarma programada a las 3:10 de la madrugada esta suena por varios minutos, a veces gano esta batalla cuando mi cansancio no es mucho, pero ya pasados los días, cundo llega el jueves o el viernes, esta batalla también la pierdo.

Tercera Batalla

Segunda alarma de mi celular suena, está programada a las 3:20 de la madrugada, admito que esta casi siempre la gano y pocas veces la he perdido, soy muy bueno y audaz, aunque pierdo dos o tres batallas en el día, siempre abra una última, la gran guerra final

La Última Batalla

Nunca he logrado salir vencedor en esta batalla, pero esta vez la batalla no es con un enemigo inanimado, esta vez la batalla no es con mi celular o mi despertador, esta batalla es con un ser, cuyo poder es más grande que la magia y con una sola palabra y una cuanta acción puede vencerme fácilmente, ese ser, que es más fuerte que todo lo conocido, se dice llamar MAMÁ, hasta los más despiadados caballeros han tenido miedo a esta criatura, y ella con su poder ilimitado siempre ha ganado, ella me da la batalla a las 4:40 de la madrugada y a las 4:42 el duelo final ya está definido y he salido perdedor.

Después del Holocausto

Me levanto, me ducho en aproximadamente 20 minutos con agua fría, la cual pone todo mi cuerpo muy activo, paso al comedor a las 5:00, me arreglo bien, alisto los últimos detalles de mi mochila y a las 5:30 la ruta me recoge, aquí viene una pequeña batalla más, aunque las batallas pasadas ya tuvieron su fin, esta tiene un nuevo comienzo y es esa ruta, ese transporte el que mese y  arrulla, yo escuchando la radio como de costumbre, lucho por poner atención a las últimas noticias, pero en cierto punto de ese recorrido me vence de nuevo y caigo en un pequeño descanso, hasta que en menos de un parpadeo estoy en el colegio, listo para mi rutina diaria, pasa el día, la tarde y la noche llega y a las 11:00 en punto, la cama me espera para esta vez no luchar, sino por el contrario descansar, porque al otro día otras batallas más me esperan, día a día, es mi vida. 




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